CRONICA RESUMEN 1994. PARLAMENTO ================================

- La comisión estrella fue la del "caso Roldán", que puso al descubierto las irregularidades

- Felipe González recuperó la práctica de las comparecencias semanales en las sesiones de control al Gobierno

- El Senado abre una nuva etapa con la futura reforma constitucional

MADRID
SERVIMEDIA

(Por Manuel Tapia y Juan Ramírez)

Las comisiones de investigación fueron las protagonistas de la vida parlamentaria española de 1994, junto al retorno de Felipe González a las comparecencias semanales ante el pleno del Congreso, para responder a preguntas de los grupos, y la 'espantada' del juez Baltasar Garzón, que abandonó el escaño desencantado e incómodo en el seno del Grupo Parlamentario Socialista.

Las dosprimeras circunstancias reflejan la clara repercusión que ha tenido sobre el nivel de control parlamentario al Gobierno la pérdida de mayoría absoluta por el PSOE en las últimas elecciones generales. Hasta ahora, la mayoría socialista había vetado casi todas las comisiones de investigación que pedía la oposición, y el precedente más cercano se remontaba hasta 1991, cuando el PSOE accedió a constituir la comisión del "caso Renfe".

El cambio del escenario político y el aumento de los casos de corrupciónhan obligado a decenas de altos cargos de la Administración y particulares a declarar ante el Congreso por su implicación en escándalos como el de Luis Roldán o Mariano Rubio.

"La comisión Roldán" fue la que tuvo un mayor eco en la opinión pública, al sentar en el "banquillo de los acusados" a un director de la Guardia Civil salpicado por numerosas acusaciones de corrupción y que finalmente acabó fugándose de la Justicia.

Por la "comisión Roldán" desfilaron, además del propio Roldán, ministros y x ministros de Interior, altos mandos de la Guardia Civil y empresas constructoras, cuyos testimonios no dejaron sombra de duda alguna a los partidos sobre las graves irregularidades cometidas en la Dirección de la Guardia Civil durante el mandato de Roldán.

ESTRELLATO POLITICO

La comisión contribuyó además a lanzar definitivamente al estrellato político a varios de sus diputados miembros, como Luis Ramallo, del PP; Antonio Romero, de Izquierda Unida, o Pilar Rahola, de Esquerra Republicana de Catalnya.

El ánimo desenfadado de estos tres parlamentarios y el peculiar rosario de actividades profesionales e incluso sentimentales de Roldán que fue apareciendo, sirvió incluso para que la opinión pública conociera, en ocasiones con ciertas dosis de humor, los turbios negocios que se hacían en la sede de la Dirección de la Guardia Civil o cómo las relaciones sentimentales de Luis Roldán afectaron a la gestión financiera de la Guardia Civil.

Otro acontecimiento que sobresalió en los avatares parlamntarios de este año fue la 'espantada' del juez Baltasar Garzón. Tras concurrir con el PSOE a las elecciones generales del 93 y distinguirse en el Congreso -junto con el también independiente Ventura Pérez Mariño- por sus actitudes disidentes, decidió finalmente abandonar el escaño, regresar a la Audiencia Nacional y acusar a Felipe González de haberle utilizado con fines electorales.

La "comisión Rubio" también marcó un hito importante en la historia parlamentaria española, al obligar a dar explicacines sobre su patrimonio a todo un gobernador del Banco de España, acusado de haberse aprovechado de su cargo para enriquecerse de forma ilícita.

En los anales de la agresividad dialéctica en el Parlamento ha quedado la dura intervención que tuvo contra Mariano Rubio en esa comisión el portavoz socialista, Juan Pedro Hernández Moltó.

A estas dos comisiones estelares hay que añadir la que se constituyó sobre el "caso Banesto", con cáracter más de estudio, y la de financiación de partidos políticos.Esta segunda fue fruto del último debate sobre el Estado de la Nación, en el que los ex magistrados y diputados independientes por el PSOE Baltasar Garzón y Ventura Pérez Mariño presionaron para que se investigara en el Congreso el "caso Filesa".

CRUCE DE ACUSACIONES

Aunque en aquel debate se acordó en principio investigar sólo Filesa y Naseiro, los malos augurios que se hicieron entonces se han cumplido y la comisión se ha convertido en un cruce de acusaciones entre los partidos, que ha desembocadoen la aparición de otros nuevos casos a investigar, como el de "De la Rosa" o el de la financiación del PCE desde Moscú.

En medio de este panorama, Felipe González recuperó una práctica parlamentaria que ejerció durante la primera legislatura de su mandato, entre 1982 y 1986: la comparecencia semanal ante el pleno de la Cámara para responder a preguntas de la oposición.

Estas comparecencias, largamente reivindicadas por la oposición en los últimos años, se pusieron en marcha sin un acuerdo entre os grupos mayoritarios para regularlas en el Reglamento del Congreso. Por eso, Felipe González decidió unilateralmente ser él quien elige cada semana qué tres preguntas responde de todas las que le formulan los grupos.

Hasta el momento, el jefe del Ejecutivo ha respondido a asuntos como el "caso Palomino", los fondos reservados o la implicación de Guillermo Galeote en el "caso Filesa", además de numerosas cuestiones relacionadas con la Unión Europea.

NUEVO SENADO

Por su parte, el Senado, foro tntas veces olvidado por la clase política, cobró este año un gran protagonismo con motivo de la celebración, a finales de septiembre, del Debate sobre el Estado de las Autonomías, que transcurrió en un clima distendido, con un elevado grado de consenso.

En el debate participaron el presidente del Gobierno, Felipe González, y todos los presidentes autonómicos, a excepción del "lekendakari" del Gobierno vasco, José Antonio Ardanza, quien justificó su ausencia y la de su partido, el PNV, en lo que él conidera incumplimiento del Estatuto de Gernika.

En su intervención en la Cámara Alta, González pidió a todos los presidentes lealtad constitucional y reafirmó la unidad de España, así como los derechos y hechos diferenciales de las comunidades autónomas.

Asimismo, ofreció su disposición a reformar la Constitución para convertir al Senado en una verdadera cámara de representación territorial, pero con dos condiciones: el consenso de todos los grupos políticos y el mantenimiento del actual modelo autnómico recogido en el título VIII de la Carta Magna.

Por su parte, los presidentes autonómicos -que tuvieron la oportunidad de expresarse en sus lenguas natales- acogieron de buen grado la propuesta de González y utilizaron sus discursos para demandar una mayor solidaridad y equilibrio entre las regiones.

"GUERRA DEL AGUA"

También aprovecharon la ocasión para poner sobre la mesa los principales problemas de sus comunidades, entre los que destacó especialmente la denominada "guerra del agua", asecto que provocó algún que otro enfrentamiento dialéctico entre los presidentes directamente afectados, como José Bono y Joan Lerma.

En la última sesión del debate autonómico fueron aprobadas 20 de las 80 mociones presentadas, entre las que destacó principalmente la creación de una ponencia de estudio sobre la reforma de la Constitución para transformar al Senado en una auténtica Cámara de las Autonomías.

La ponencia de la reforma constitucional se limitará a la composición y funciones del Senado pero ha despertado un gran interés en medios políticos, que consideran que de esta forma la Cámara Alta conseguirá un mayor relieve y olvidará su papel actual como cámara de segunda lectura.

Hasta que el Senado se convierta en una auténtica cámara de representación territorial la Comisión de Autonomías se dotará de mayores competencias, como la celebración de debates sobre los fondos comunitarios estructurales y de cohesión, el balance de la presidencia del Consejo de Política Fiscal y Financiera y ls conclusiones del Libro Blanco de Financiación Autonómica.

(SERVIMEDIA)
25 Dic 1994
J