CRONICA RESUMEN 1994. 'CASO GAL' ================================
- El ex diputado del PSOE Baltasar Garzón fue el encargado de activar la espoleta
- Barrionuevo, ministro de Interior con los mandos del departamento ahora detenidos, se niega a dimitir y pide solidaridad con los encarcelados
- Al Gobierno, acosado desde todos los flancos, sólo le queda el consuelo del apoyo que le presta CiU
El texto se ha copiado correctamente en el portapapeles
(Por Carlos Arizcun)
Fuga de Roldán, 'caso Rubio', crisis de Banesto, dimisiones en el Goierno y el Grupo Parlamentario Socialista, procesamiento de famosos empresarios y políticos, encarcelamiento de miembros de la 'beautiful people'... Parecía difícil que los últimos días del año pudieran deparar acontecimientos de mayor trascendencia política, pero el juez Garzón consiguió el "más difícil todavía", con la inestimable colaboración de los ex policías José Amedo y Michel Domínguez, que recuperaron la memoria de forma sorpresiva y decidieron tirar de la manta.
Amedo y Domínguez, condenadosa más de cien años de cárcel por su relación con los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL), esperan desde hace tiempo un indulto que no acaba de llegar, aunque ya disfrutan del régimen abierto y desde hace unos pocos días ni siquiera deben regresar a dormir a la cárcel, al haber conseguido un permiso indefinido.
La reactivación del 'caso GAL' ha provocado en la recta final del año una auténtica conmoción política, quizás la más importante de las que ha conocido la joven democracia española. Parec como si el único consuelo que le quedara a Felipe González en estos días es la aparente solidez del pacto con CiU. Pujol por el momento no le está fallando.
CAMPANADA ANTICIPADA
Cuando el país se preparaba para pasar unas tranquilas fiestas navideñas, el 19 de diciembre el juez Baltasar Garzón, que pocos meses antes había abandonado su escaño en el Grupo Parlamentario Socialista desencantado con la política del Gobierno y enfrentado con el ministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch, dio a campanada y ordenó la detención de varios ex responsables de la lucha antiterrorista, paradójicamente por su presunta implicación en acciones terroristas de los GAL, banda criminal creada a principios de los años ochenta para luchar contra ETA y que tiene en su haber 24 asesinatos.
Consecuencia de estas actuaciones ha sido el encarcelamiento de Julián Sancristóbal, ex director general de la Seguridad del Estado durante la etapa de José Barrionuevo al frente del Ministerio del Interior; de Miguel Plachuelo, ex jefe de la Brigada de Información de Bilbao, y de Francisco Alvarez, ex responsable de la lucha antiterrorista.
Todos ellos están acusados de asesinato frustrado, detención ilegal y malversación de fondos públicos, en relación con el secuestro, en 1983, del empresario vasco Segundo Marey, primera acción reivindicada por los GAL y que resultó ser una equivocación.
El ex ministro Barrionuevo, superior de los detenidos en aquella época, no tardó en salir en su defensa, puso la mano en el uego por quienes fueron sus subordinados y recordó la entrega y lealtad que, según él, han demostrado durante años de lucha contra ETA. Varios partidos han exigido la dimisión de Barrionuevo, que, de momento, no se ha producido.
"SEÑOR X"
Basándose en las declaraciones de Amedo y Domínguez -que han participado en varios careos con los ahora detenidos-, Garzón parece tener datos para creer que Sancristóbal, Planchuelo y Alvarez participaron en la organización de los GAL. Lo que ahora queda por determnar es si actuaron por iniciativa propia o cumpliendo instrucciones de algún superior; es decir, si Sancristóbal era el famoso "señor X" que tanto preocupa a Garzón o si las responsabilidades están más arriba.
Aunque sus reacciones han sido muy diferentes, ningún partido político ha ocultado su preocupación por las consecuencias que se pueden derivar de lo ocurrido en los últimos días gracias a la implacable investigación del juez Garzón, que se ha convertido -muy por delante de Aznar, Anguita u otrosactores políticos- en la auténtica "bestia negra" del Gobierno.
Muchos temen que la reapertura del 'caso GAL' pueda llegar a resquebrajar los cimientos del Ejecutivo, e incluso del Estado, aunque todo dependerá de hasta dónde alcance la investigación judicial y de los personajes que se vean implicados en ella. Hasta los mercados financieros ha llegado el terremoto en los últimos días, si bien Felipe González atribuyó la debilidad de la peseta a la caída de la lira italiana.
Nacionalistas vascos eIzquierda Unida exigen responsabilidades al más alto nivel; el PP, explicaciones claras del Gobierno; los nacionalistas catalanes, aunque parecen algo desconcertados, también piden aclaraciones, y el Partido Socialista cierra por el momento filas en torno a Barrionuevo y a González.
Sin embargo, este caso ha dado pie a una nueva apertura de fisuras en el Grupo Parlamentario Socialista, cuyo diputado independiente Ventura Pérez Mariño rompió de nuevo la disciplina de voto y apoyó una propuesta del PP pra crear una comisión encargada de investigar el uso de los fondos reservados.
Mientras tanto, Barrionuevo no dimite y sugiere a los ciudadanos que envíen telegramas de solidaridad a los encarcelados Sancristóbal, Planchuelo y Alvarez, que, afirma, se han jugado la vida durante años de lucha contra ETA.
IMPARCIALIDAD E INCOMPATIBILIDAD
Teniendo en cuenta las tensas relaciones que caracterizaron la última etapa de Garzón como diputado encuadrado en el seno del Grupo Socialista y el modo como se espidió del Congreso, con acusaciones hacia Felipe González por haberle utilizado políticamente, no han faltado las especulaciones sobre una posible venganza del juez contra quienes fueron sus compañeros de candidatura y de escaño y acabaron por decepcionarle profundamente.
A pesar de ello, tanto miembros del Gobierno como del Grupo Socialista y representantes de la judicatura han rechazado tal posibilidad y han insistido en la rectitud de Garzón al investigar el 'caso GAL'.
El presidente del Goberno tardó varios días en reaccionar, pero finalmente lo hizo y habló sobre este asunto. González aseguró tajantemente que Interior no estuvo implicado en la trama de los GAL y que el Ejecutivo siempre ha combatido el terrorismo con los instrumentos del Estado democrático y desde la legalidad.
Tras apelar a la biografía ejemplar de las personas que se están viendo implicadas en el 'caso GAL', afirmó que no cree que Barrionuevo tenga que dimitir como diputado y confió en que las aguas se calmen cuando uede demostrado que el Gobierno no tuvo nada que ver con el terrorismo de los GAL.
Si 1993 terminó con una bomba -en este caso económica: la intervención de Banesto-, 1994 no se queda a la zaga. El agotamiento de la paciencia de Amedo y Domínguez, el arrepentimiento, la sed de venganza, promesas que hayan podido recibir o quizás una milagrosa recuperación de memoria "a dos", el caso es que los ex policías han comenzado a tirar de la manta y han hecho estallar en manos del Gobierno la última bomba de ls GAL, cuando el Consejo de Ministros se disponía a comer en paz y armonía el turrón y el pavo navideños.
(SERVIMEDIA)
25 Dic 1994
CAA