Los fabricantes de juguetes facturaron en 1992 alrededor de 81.000 milones de pesetas, un 20 por ciento menos que el año anterior y exportaron unos 23.162 millones de pesetas, un 4 por ciento menos que el ejercicio anterior.

El cierre de al menos 15 empresas, entre ellas algunas tan conocidas como Berjusa, es el resultado de la mala situación que atraviesa el sector. Otras, como Feber, están en suspensión de pagos y Exin ha vendido su capital a una empresa extranjera.

Las expectativas para 1993 "no son demasiado positivas, teniendo en cuenta que productos que han stado en la 'cresta de la ola', como los videoconsolas, no serán consideradas novedades en la campaña próxima", explicó Miró.

A su juicio, las soluciones para salir de este "mal momento" tiene que llegar del Gobierno, no a través de subvenciones, sino creando un marco legal que permita que los productos españoles sean altamente competitivos y conseguir con ello un aumento en las cifras de ventas".

Los responsables del sector desconfían, además, del nuevo reglamento que va a poner en marcha próximmente la Administración para controlar que los jueguetes de países terceros cumplan la normativa de seguridad, "porque con ello sólo se controlará un 20 por ciento de los productos asiáticos que llegan a nuestro país", concluyó Miró.