El parlamentario socialista, que hizo estas declaraciones en rueda de prensa en el Congreso, explicó que tanto el vicepresidente del Gobierno como el ministro de Defensa han asumido las responsabilidades políticas derivadas del escándalo de las escuchas del CESID "y lo han hecho con dignidad", indicó.

A su juicio, la reestructuración del Gobierno, que a su modo de ver es una competencia absoluta del presidente, requiere admás de cambios de conductas y de comportamientos en el Partido Socialista, con el fin de superar "las tensiones, las crispaciones, las diferencias y los tribalismos".

Múgica se mostró partidario de que el PSOE emprenda un debate "serio y reflexivo", que esté a la altura del socialismo que se asoma al siglo XXI "sustituyendo a las lealtades verticales por las solidaridades compartidas".

"Y todo ello", precisó, "para que el pueblo de izquierda que nos vota se vea ilusionado de nuevo por el Partido ocialista y para que sea consciente de que este partido asumirá sus compromisos".

VOTO RESIGNADO

Según el ex ministro de Justicia, parte del actual voto socialista, "que es un voto resignado y melancólico", debe convertirse en un voto de convicción, "y así podremos llevar hasta las últimas consecuencias nuestro proyecto", subrayó.

Preguntado por las exigencias de CiU en la negociación presupuestaria, Múgica señaló que el proyecto socialista requiere la vertebración del Estado a través de la intgración de los nacionalismos, que, a su juicio, hacen bien en reclamar cotas de autogobierno en el desarrollo estatutario.

"Pero esa convergencia", advirtió Múgica, "no puede poner en peligro una política de Estado que corresponde ante todo al Gobierno".