El párroco de Herreros de Rueda, Calixto Sánchez, que oficiaba la ceremonia de la procesión del Corpus Christi en el momento en que comenzó la masacre, afirmó hoy que el pueblo está "triste y conmocionado", aunque se enfrenta con resignación a la tragedia.

Según Sánchez, el homicida, Jesús Andrés iglesias, era una persona aparentemente normal, aunque algo desequilibrada, que en alguna ocasión le había pedido que reara por él.

Por su parte, la alcaldesa de Cubillas, Agustina Alvarez, ha dicho que recuerda haber hablado con Iglesias hace algunos días, en una ocasión en la que fue al ayuntamiento para solicitar un permiso para instalar rejas en las ventanas de su casa, pues, según afirmaba, algunos vecinos le habían amenazado.

Los vecinos aseguran que son ellos los que habían sufrido amenazas, aunque por el momento no existe constancia de que se haya presentado denuncia alguna en este sentido.

En el luga donde ocurrieron los hechos, pueden verse hoy ramos de flores y velas en memoria de las víctimas del tiroteo: Eva González, de 22 años; Vitorico Martínez Barrientos y Herminio Martínez Carpintero, ambos de 73 años, y el guardia civil Rafael Díez Presa, a cuyos funerales asistió hoy en León el delegado del Gobierno en la comunidad castellanoleonesa, Isaías García Monge.

García Monge no quiso pronunciarse sobre las quejas de algunos vecinos de Herreros de Rueda, quienes afirman que no comprenden que Jeús Andrés Iglesias hubiera conseguido un permiso de armas, dado su estado mental.

Asimismo, García Monge visitó el hospital donde se halla internado Pablo Alvarez, el guardia civil que resultó gravemente herido a consecuencia del tiroteo, aunque evoluciona favorablemente.

Por otro lado, la familia del homicida ha expresado su deseo de que el cadáver no sea enterrado junto a los de sus víctimas en Herreros, por lo que será trasladado a Valladolid para ser incinerado mañana.