Pese a que todavía no se han encontrado pistas fiables que lleven hasta su paradeo, fuentes del Gobierno Civil de Castellón señalaron que tanto los agentes del Cuerpo Nacional de Policía (CNP), de la policía local como de la Guardia Civil controlan desde hace unos días los puntos de venta de droga, pensiones y zonas marginales de esta provincia, ya que sospechan que Antonio Anglés podría haber burlado el cerco policial establecido en Valencia.

Las fuerzas de seguridad no descartan, asimismo, que el presunto asesino pueda hallarse en Cáceres, Alicante e, incluso, en Madrid, ciudade en las que está siendo buscado y a donde podría haberse desplazado en un vehículo robado.

El presunto asesino de Miriam, Toñi y Desirée cumplía más de ocho años de condena en la cárcel de Valencia por delitos contra la salud pública y retención ilegal.

En marzo de 1992 obtuvo un permiso penitenciario de seis días del que no regresó, que le fue concedido por el juez de Vigilancia Penitenciaria de Valencia con el informe favorable de la Junta de Régimen de la prisión.

Desde entonces se encontaba en paradero desconocido, hasta que su compañero y amigo Miguel Ricart, detenido como uno de los autores del triple asesinato, le implicara en el crimen.

Antonio Anglés, de 26 años de edad, se ha convertido así en uno de los individuos más buscados por las fuerzas de seguridad del Estado. Mientras, Miguel Ricart permanece ingresado en una celda de aislamiento de la cárcel de Castellón, donde únicamente recibe la visita de la policía judicial que investiga el caso.