Las remesas que los trabajadores extranjeros que desarrollan su actividad en España envían a sus respectivos países de origen vienen creciendo en los últimos ejercicios.

De hecho, en todo el año 2000, el volumen de fondos que salieron de España por este concepto ascendió a 1.446 millones de euros, cantidad que se ha ido incrementando en tasas superiores al 17% año tras año, para situarse en los 3.436 millones de euros al cierre del pasado diciembre.

A pesar de estos incrementos, los españoles que residen en el extranjero envían a España más dinero del que remiten a sus países los inmigrantes que viven en el territorio nacional.

Así, en el periodo enero-mayo de 2005, España ingresó 1.617 millones de euros de los emigrantes repartidos por todo el mundo, un 0,6% menos que en el mismo periodo del ejercicio precedente.

De esta forma, la balanza sigue siendo favorable a España, si bien las cantidades se acercan cada vez más, con una diferencia absoluta de 201 millones de euros al cierre del pasado mayo.