En concreto, el informe señala que las necesidades financieras del colectivo inmigrante se verán impulsadas por el aumento del número de personas con residencia legal, así como por la progresiva mejora del nivel de vida y la capacidad de ahorro de aquellas que han alcanzado una situación laboral y económica estable tras años de estancia en España.

Durante los últimos años, en paralelo al fuerte incremento de la población extranjera, la oferta de productos de las entidades financieras también se ha desarrollado, buscando incrementar el grado de bancarización de este colectivo.

De hecho, algunas han creado unidades de negocio específicas con productos adaptados, mientras que otras han optado por abrir el abanico de productos ya disponibles.

En este contexto, el número de clientes extranjeros de las entidades de depósito, con una o más cuentas abiertas en una o más entidades, viene creciendo a un ritmo superior al 15% anual, siendo del 19,6% el incremento registrado en 2004, cuando el número de clientes extranjeros alcanzó los 2.850.000 personas.

Por zonas geográficas de origen, las personas de Europa Occidental representan el 54% del número total de clientes de las entidades de depósito en España, destacando alemanes y británicos. A continuación, Latinoamérica es el lugar de procedencia del 25% de los clientes, seguida de Africa (10%) y Europa del Este (6,5%).

ENVIO DE REMESAS

La cifra de remesas enviadas por los emigrantes a sus países de origen contenida en la Balanza de Pagos se ha multiplicado por más de diez durante el período 1994-2004, hasta alcanzar en el último año los 3.436 millones de euros, un 18,7% más respecto al año anterior.

De este total, se estima que alrededor del 77% correspondió al importe canalizado por las entidades especializadas en el envío de remesas, mientras que el 23% restante se debió a operaciones realizadas directamente por los bancos y cajas de ahorros.

No obstante, teniendo en cuenta el elevado volumen de envíos que se manda por cauces informales y no oficiales, es decir, no controlados por el Banco de España, y los giros postales, se estima que el volumen real de remesas de emigrantes enviadas desde España podría haber alcanzado los 5.000 millones de euros en 2004, con un aumento del 25% respecto al año anterior.