Así lo atestigua la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) tras haber estudiado la oferta de 20 empresas de atención a domicilio a ancianos en Madrid luego de haber constatado que éstos contratan los servicios de cuidador mientras se tramita su prestación como personas dependientes.

Según la empresa consultada, el coste de contratar a un cuidador varía entre los 1.293 y los 2.253 euros al mes para un contrato de ocho horas al día de lunes a viernes, unas cifras a las que, en ocasiones, hay que añadir la comisión de gestión de la compañía, que suele representar entre 61 y 300 euros adicionales.

A ello se suma que esas cantidades pueden incrementarse más todavía si la persona necesita un cuidador interno, cuyo coste oscila entre 100 y 940 euros dependiendo de la compañía.

A su vez, el estudio pone de manifiesto que los servicios y las garantías que las empresas ofrecen “pueden variar bastante entre sí”, empezando por la formación sociosanitaria del cuidador. En ese sentido, sólo el 85% dispone de la titulación de auxiliar de enfermería o geriatría, al tiempo que un 20% no informa si tiene referencias de haber atendido previamente a una persona mayor con profesionalidad.

A pesar de ello, el trabajo señala que, “en general, los servicios que se ofrecen son bastante completos”: limpieza de la casa, ayuda para el aseo, para vestirse y para moverse y salir por el domicilio, preparación de las comidas y administración de medicamentos.

Además, la posibilidad de conocer antes al cuidador y sustituirlo rápidamente si no convence es “habitual”, si bien “conviene asegurarse antes de contratar los servicios de la compañía”.

Sin embargo, la investigación alerta de que únicamente el 70% de las empresas analizadas tiene un concierto para operar como Servicio de Atención a Domicilio Autonómico, un “aspecto vital”, puesto que “permitirá sufragar parte del coste del cuidador contratado si finalmente se consigue ayuda solicitada a través de la Ley de Dependencia”.

Por último, el 80% de las compañías analizadas se preocupa por conocer si la familia está satisfecha con el servicio prestado, y ocho de cada diez garantiza la evaluación del desempeño del cuidador, “aunque la mayoría lo evalúan todo a la vez y de forma genérica”.