Así lo manifestó Costas durante una reunión extraordinaria del Grupo de Trabajadores del Comité Económico y Social Europeo (CESE) que se celebra en la sede central de CCOO, en Madrid, en el marco de la presidencia española de la UE.

En su intervención, Costas dijo que para “conducir la economía necesitamos dos retrovisores” para poder “vigilar” los “desequilibrios macroeconómicos” y también los sociales. En este contexto, contrapuso la gestión de la crisis derivada de la pandemia con la de 2008 y explicó que “la evidencia es casi cegadora” en favor de la primera, dado que se apoyó a trabajadores y empresas, lo que hizo que se pudieran superar antes las dificultades.

“El progreso social no es una consecuencia automática del crecimiento económico”, añadió Costas, quien dijo que “una buena política social es un instrumento poderoso para la competitividad sostenible de la economía”.

Además, señaló que invertir en la infancia, universalizando la enseñanza de cero a tres años, es una de las medidas más necesarias para un país a corto, pero también a medio y largo plazo, dado que estos niños serán “el talento y la productividad dentro de 15 años”.

También en materia educativa puso en valor la relevancia de la formación profesional dual, con la que se logran mejores indicadores en todos los sentidos. “Tenemos una palanca, una celestina, que es capaz de emparejar las necesidades de muchas personas de tener buenos empleos con la necesidad de muchas empresas de tener buenos trabajadores”, enfatizó el presidente del CES.

Asimismo, pidió trabajar de forma interconectada entre países, dado que se puede lograr más información sobre las medidas que funcionan. Al respecto, defendió que está demostrado que “una buena política social es un motor para un crecimiento más sano, más sostenible en el tiempo” y medioambientalmente.

Igualmente, Costas puso en valor el diálogo social pero criticó que a veces se pronuncia “como una especie de estribillo” sin saber “bien” por qué se practica. En su opinión, “lo que tenemos por delante es una economía que tiene que estar persiguiendo varios objetivos deseables pero que tienen elementos de conflicto”, al menos en el corto plazo.

Puso como ejemplo la descarbonización, necesaria para el medio ambiente, pero que hay quien puede tener perder el empleo. “Estamos abocados, en los próximos años y décadas, una economía ‘agustiniana”, es decir, que se puede buscar un fin concreto pero que no puede ser de forma inmediata y sin atender a diferentes factores.

Por último, reconoció que ahora se vive una “situación de incertidumbre”, a la que definió como una “densa niebla”, por lo que sostuvo que se debe “construir un nuevo contrato social”. “Lo malo puede acabar trayendo lo bueno”, aseveró Costas, quien llamó a avanzar en una “economía dinámica” pero que se base también en una “sociedad justa”.