En la sede central del BCH, ubicada en la madrileña Paza de Canalejas, no se ha realizado ningun tipo de cambio para ubicar al recién llegado. "No es necesario, dado que el antiguo despacho de José María Amusátegui (cuando ocupaba el cargo de consejero delegado con Claudio Boada como presidente) es ahora una sala de juntas, que puede volver a ser despacho en tres horas".

Corcóstegui se ha reafirmado en su idea de contar con el equipo del Central Hispano al completo, sin realizar fichajes ni "tirar" de gente del Banco Bilbao Vizcaya, de donde procede. Asmismo, se consolidan las actuales funciones de los máximos mandatarios de la casa.

José Zamora seguirá al fremte de la red comercial, con especial dedicación a la reducción de la morosidad. Antonio Escámez Torres seguirá encargado del negocio internacional y banca de inversión, aunque el cuidado de la acción corresponde a Emilio Novela. Joan-David Grimá queda reducido a control de gestión.

Al mismo tiempo, Santiago Foncillas se consolida como el coordinador del grupo industrial, del que desaparecrán todas las empresas no estratégicas.