Según ha explicado en un breve comunicado Correos y Telégrafos, el acuerdo de ruptura ha sido "amistoso", y el motivo está en "la existencia de discrepancias contractuales entre ambas instituciones, referidas a los criterios de selección de personal".

Esta circunstancia, añade, "ha generado una situación de incomodidad operativa que ha conducido al mutuo convencimiento de que la ruptura amistosa del contrato erala salida más favorable".

No obstante, Correos afirma que no renuncia a su idea de ceder a una entidad bancaria el negocio financiero que genera, por lo que "realizará, con caracter inmediato, una nueva convocatoria a las entidades financieras, para asegurar la continuidad de su red comercial como agente de entidad de crédito".

La adjudicación a Caja Postal se debió a que realizó, frente a otras entidades como Caja de Madrid, BBV, Santander, Bankinter y La Caixa, la mejor oferta económica, y hubira supuesto para el servicio público postal unos ingresos de unos 60.500 millones de pesetas en la próxima década, fruto de la cesión de sus 1.692 oficinas repartidas por toda España.

El compromiso incluía un canon fijo de 32.500 millones de pesetas, y otro variable en función de la evolución del megocio, que fue estimado en 28.099 millones de pesetas.