A su llegada al Palacio Municipal de Congresos de Madrid para participar en la segunda jornada del 37 Congreso Federal del PSOE, Corbacho aseguró que la enmienda sobre laicidad que va a aprobarse no debe verse "como un problema o una contraposición", puesto que el objetivo es eliminar toda carga religiosa "de los actos del gobierno".

"Los símbolos que deben presidir las tomas de posesiones son los símbolos que están oficializados. Los símbolos religiosos deben quedar dentro de los propios templos y en la práctica de cada persona, pero al margen de actos institucionales (del Estado)", dijo.

Corbachó subrayó que el PSOE quiere ser "muy respetuoso con las tradiciones" religiosas que existen en este país porque las procesiones de Semana Santa y de las distintas fiestas municipales "tienen una carga de religiosidad y una carga de cultura".

No obstante, trató de separarlas de las creencias religiosas porque "algunas de ellas tienen un origen pagano" e incluso, en determinados casos de Aragón, en sus principios "fueron en contra de la Iglesia".

Corbacho apoyó el texto consensuado entre los delegados del 37 Congreso Federal porque, aunque la sociedad española cuenta en su mayoría con un pensamiento católico, "España no es un país donde haya colas todos los días para santiguarse en las iglesias".

El ministro se mostró convencido de que esta propuesta será bien acogida en todos los sectores de la sociedad, como en su día ocurrió con el divorcio. "Cuando se abrió ese debate fuimos muy criticados y luego la estadística demuestra que se divorcian más los de derechas que los de izquierdas", remachó.