El comunicado afirma que "los derechos de los homosexuales nunca han sido reconocidos bajo regímenes totalitarios de todo signo y, sin embargo, sólo con la democracia han iniciado un rápido progreso. Las confesiones religiosas deben respetar a la sociedad civil y limitarse a sus fieles".

A juicio de esta organización de homosexuales, "la Conferencia Episcopal demuestra con sus declaraciones una inmensa crueldad al olvidar los graves problemas que se presentan en el caso de lamuerte de un miembro de una pareja homosexual, como por ejemplo, dado el actual vacio legal: ausencia de derecho de sucesión, de subrogación de la vivienda, de pensiones y beneficios laborales, entre otros".

Asimismo, señalan que "la Conferencia Episcopal adolece de graves interpretacioens acientíficas al hablar de la homosexualidad y parece que no acaba de arrepentirse de cuantos homosexuales mandó a la hoguera en el pasado".

Para Jordi Petit e Isabel Castro, secretarios generales de la Coordinaora Gay-Lesbiana de Cataluña, "cuando el Parlamento Europeo reconoce la pluralidad de formas familiares en nuestra sociedad y recomienda reconocer los derechos de las parejas homosexuales, la Iglesia se queja porque ve retroceder su control y no soporta otra interpretación de la realidad que la suya".

Por otra parte, aseguran que "la Iglesia atenta también contra las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el mismo sentido para la lucha anti-sida: la opresión de los homosexuale dificulta a toda relación de información preventiva".

Marc Corral, representante del Grup Cristià de Gais i Lesbianes, señaló que "la oposición a la legalización de las parejas homosexuales es una clara evidencia del retroceso que vivien ciertos sectores de la Iglesia".