Así lo precisó la directora de Aicp.com y presidenta de Fundación Pilares, Pilar Rodríguez, durante el diálogo sobre el ‘Proyecto Aicp.com: actuaciones innovadoras para avanzar en el cambio de modelo de cuidados', celebrado en Servimedia, que fue moderado por el director general de la agencia de noticias, José Manuel González Huesa, y en el que también participaron el coordinador del proyecto para domicilios y comunidad, José Castaño, y la coordinadora para residencias, Mercedes Lera.

“La idea es que la persona pueda decir ‘me cambio de casa; estoy en esta casa, pero ahora me voy a otra que es también mi casa'. Ese es el gran cambio que tenemos que conseguir”, afirmó Rodríguez.

La fundación que preside trabaja para cambiar el modelo de cuidados en residencias mediante su desinstitucionalización y transformación en unidades de convivencia “abiertas a la comunidad” que sitúe a la persona “en el centro de los cuidados”, así como la implementación y validación de un sistema de calidad con estándares basados en el modelo Aicp.

En este contexto, la presidenta de la Fundación Pilares puntualizó que los usuarios son los que “toman las decisiones sobre las actividades que quieren hacer”, mientras que los profesionales “acompañan, pero quien decide es la persona”.

GRAN CAMBIO

“Este es el gran cambio”, abundó, al tiempo que admitió que para los profesionales, quizá, “es más fácil tenerlo todo organizado y pensado, pero, claro, pensado desde la organización”.

“La persona no ha participado y está como al margen de lo que otros deciden por él”, lamentó, al tiempo que resaltó que “este es el elemento central del cambio”.

Junto a ello, reivindicó el sistema referencial de calidad en residencias en el que trabaja la entidad, consciente de lo “importante” que es para residencias y proveedores contar con sistemas referenciales de calidad, que, sin embargo, “normalmente se refieren a la gestión del recurso”.

“En cambio, este sistema referencial de calidad no es tanto para la gestión, que también, sino, sobre todo, un sistema referencial basado en el modelo Aicp”, prosiguió, al tiempo que detalló que, además de la “buena gestión del sistema organizativo”, tiene en cuenta si “realmente cumple con los elementos, dimensiones, componentes del modelo Aicp”, esto es, si a la persona “se le escucha”, si “decide”, si existe “una participación comunitaria”, que son algunos de los requisitos de este sistema.

SISTEMA REFERENCIAL DE CALIDAD

En la misma línea, Mercedes Lera aseveró que, con dicho sistema referencial de calidad, se pretende “verificar que el modelo funciona, que tiene estos resultados positivos”. “Que es bueno para la persona mayor, para su familiar, para los trabajadores”, agregó.

A este respecto, señaló que se han ido estableciendo una serie de pasos para hacer posible que el sistema se pueda “llevar a otros centros” y que en la actualidad están “terminando esa validación para que luego se pueda poner en marcha el modelo en todos los centros posibles”.

Por lo que se refiere al proyecto, Lera destacó que se ha trabajado en un “itinerario de transformación” del centro en cuestión para permitirle “acercarse cada vez más al modelo Aicp”, dado que “muchos” de los que se incorporaban al proyecto “no estaban tan alineados o nada alineados con el modelo”.

“Había algunos que sí habían empezado, pero otros que no tanto”, continuó, para aseverar que, lo primero fue empezar a hacer este trabajo con los centros con un “acompañamiento constante” de un consultor externo que, con los equipos de la residencia, “ha ido guiando todo este proceso”.

En concreto, se establecieron una “serie de pasos” para que el centro fuera primero “analizándose” en relación al modelo, así como detectar lo que le “falta” y lo que “necesita para irse acercando cada vez más a él” y dicho acompañamiento abarca también la adaptación arquitectónica de los espacios, teniendo en cuenta que “muchos” son centros “pequeñitos, más acogedores, que se acercan más al modelo hogar y es más fácil de adaptar” con el fin de “crear espacios más agradables”.

RETO IMPORTANTE

No obstante, otros recursos afrontan “un reto importante”, al ser “centros muy grandes y, en ese sentido, un poco más hostiles, más tipos hospital” en los que, para crear esa “sensación y ambiente” de hogar, “hay que cambiar muchas cosas”, razón por la cual algunos de ellos solicitaron asesoramiento de expertos que supieran guiarles en este sentido.

En paralelo, advirtió de que el “problema” que se encuentran muchas de estas residencias es su ubicación, en muchas ocasiones alejadas del núcleo urbano, pese a que las que se encuentran “en medio del pueblo” tienen, a su juicio, “muchas ventajas respecto a estos centros aislados, que cuesta mucho que se vinculen con la comunidad” y viceversa. Se mostró convencida de la importancia de “perder ese miedo y ese rechazo a la idea que tenemos concebida de lo que es una residencia de personas mayores”, que, dijo, “es una parte más de nuestra sociedad”.

En cuanto a las diferencias de la propuesta de la fundación con relación al modelo tradicional, Lera incidió en que la persona “esté en el centro” y “no los procesos ni las tareas”, lo que obliga a los profesionales, en cierta medida, a “aprender de nuevo”, dado que a “muchos les cuesta mucho este cambio” y “ser más flexibles” teniendo “todo el rato presente que la persona va por delante de todo”.

Por todo ello, también consideró “importante” el “tipo de liderazgo” en la dirección de los centros para llevar a cabo con éxito este proceso de cambio.

Uno de los centros que ha participado en el proyecto ha sido la Real de Seseña Residencial, cuya directora y facilitadora, Sara Menchero, confirmó a Servimedia que, para realizar este cambio de mirada, “es necesario que el liderazgo se convierta en un liderazgo compartido” que permite tomar decisiones “de una manera muy orgánica, por parte de todos”, incluidas las familias, que, gracias a este modelo, “tienen más poder, porque se las escucha más”.

HOJA DE RUTA

Otro de los centros que participó en dicho proceso y ha recibido acompañamiento ha sido la residencia Betania Escolapios, de Zaragoza, tal y como indicó a Servimedia Jesús Marta, quien subrayó que su salón de actos acoge numerosas iniciativas abiertas a la comunidad, lo que permite a sus residentes participar en actividades intergeneracionales y seguir “siendo parte del entramado social” del barrio, la ciudad e incluso de Aragón y “ser unos más”.

En la misma dirección va el proyecto de Bici Sin Edad Navarra, cuya responsable, Cristina Gallo, trasladó a esta agencia que, a través de él, personas que viven en una residencia o personas mayores que viven solas utilizan una “yayacleta” para disfrutar de un paseo que les ayude a activar su memoria, visitar las luces de Navidad o incluso correr la San Silvestre, lo que les ayuda a “sentirse parte todavía del día a día de su ciudad”.