CONTROLAN EL INCENDIO DE CASARES TRAS 24 HORAS DE TRABAJO ININTERRUMPIDO
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Setecientas cincuenta hectáreas de alcornoques, pinos y matorral calcinados es el balance del incendio que se declaró el viernes a mediodía en la localidad malagueña de Casares y que veinticuatro horas después pudo quedar extinguido.
Según las primeras estimaciones de los técnicos de la Junta de Andalucía sobre los restos encontrados en la zona en la que se riginó, el fuego fue provocado y se impulso de modo extraordinario gracias al fuerte viento reinante en la zona llegó a traspasar los límites de Casares, adentrándose en el término municipal de Estepona.
Las características geográficas de la superficie calcinada, en la que abundan terraplenes, cortados y zona ondulada, dificultó aún más las tareas de extinción del fuego, cuya perimetría irregular agravó el control del frente.
La mayor masa de terreno destruido por el fuego corresponde a zona arboada, ya que de las 750 hectáreas afectadas, 525 eran de pinos y alcornoques, mientras que el resto de superficie correspondían a matorral y pastizal.
En las tareas de extinción han participado más de doscientas personas, entre los nueve retenes de personal cualificado, medio centenar de voluntarios, bomberos, así como cuarenta caballeros legionarios del tercio Alejandro Farnesio con base en Ronda. Asimismo participaron de forma activa tres aviones, uno de ellos anfibio, y dos helicópteros.
OLA DE INENCIONALIDAD
Pocas horas después de que se localizara el incendio forestal de Casares, el pueblo malagueño de Tolox se movilizaba al conocer que las llamas amenzaban de nuevo a su término municipal.
El incendio comenzó a escasos metros del que hace días arrasó más de cien hectáreas y puso en peligro la integridad del parque natrual de El Pinsapar, uno de los tres únicos reductos existentes en Europa de abetos pinsapos, especie en vías de extinción. Tanto aquel como este siniestro fueron provocado.
A medio día de hoy, este nuevo incendio había calcinado cerca de ochenta hectáreas de pinos carrasco y se convirtió en una nueva y seria amenza contra El Pinsapar.
En las tareas de extinción trabajaban esta tarde más de doscientas personas, de las que una cuarta parte son voluntarios de las localidades próximas al siniestro. Uno de los vecinos y miembro de la asociación ecologista Silvema resultó herido al caer por un barranco, si bien su estado no reviste gravedad.
El fuego se estaba vieno potenciado por el viento reinante, que además de avivar las llamas, impedía la actuación de los tres aviones y cinco helicópteros que en un principio se habían destinado a su extinción, ya que las turbulencias podrían ocasionar un accidente con grave riesgo para las vidas humanas.
(SERVIMEDIA)
29 Ago 1992
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