La dirección de Iberia cree que esta compañía, con una cuota de mercado del 60%, ha sido la más dañada por la decisión de los controladores de no hacer horas extras, medida que califica de "boicot" y "chantaje".

Al coste conómico de cancelación de vuelos y alojamiento de pasajeros en hoteles, dijo Díaz-Güell, se suma el deterioro de la imagen ante los clientes, porque "éstos no atienden a quién es el responsable del conflicto, y sólo ven que compraron un billete y no se les ha dado el servicio que han adquirido, ante lo que sólo nos queda hacerles la espera más fácil y pedir disculpas".

Además, la compañía se ha visto obligada a llevar a pasajeros para pasar la noche a hoteles de Toledo, Talavera y Guadalajara, ante l imposibilidad de encontrales alojamiento en Madrid, debido a que estos días se celebran en la capital el Salón del Automóvil y la Feria de Almonedas y Galerías.

En el pimer día de conflicto, Iberia se vio obligada a suspender unos 200 vuelos y para la segunda jornada prevé la cancelación de otros 180 más.