Aunque se trata de una práctica reconocida por el Colegio Real de Patología, los padres de los bebés fallecidos aseguran que los médicos no sólo extrajeron los órganos sin su permiso y los guardaron en unlaboratorio, sino que utilizaron muestras de los mismos.

Por parte del hospital, el problema comenzó por la falta de entendimiento entre los médicos y los padres. Los progenitores, al dar el consentimiento de un examen post-mortem, estaban permitiendo al mismo tiempo la retención de los órganos.

El escándalo del Hospital Alder Hey ha provocado que el resto de hospitales cesen esta práctica habitual y que el Gobierno británico investigue la retención de órganos. Además, habrá cambios en las normassobre la cremación de partes humanas. A partir del próximo mes, las partes separadas del resto del cuerpo podrán ser cremadas aunque el resto del cuerpo haya sido enterrado.