Este descenso ha afectado menos a los vinos de calidad que se han mantenido estables en 6,3 litros per cápita, y han aumentado su porcentaje sobre el consumo total que ha pasado el 14 por ciento en 1987 al 19 por ciento en 1991.

Las causas de este descenso son el cambio de los hábitos laborales (jornadas intensivas, almuerzos fuera de casa), la sustitución de los chatos en los bares por la caña de cerveza, y la desaparición de la cultura del vino por otros productos alcohólicos foráneos, que influyen especialmente sobre la juventud.

Con la intención de promocionar el vino y de defender la producción española frente al Mercado Unico, que será su nuevo ámbito de actuación,ha nacido la Federación Española del Vino, que procede de la antigua Federación Española de la Industria y el Comercio Exportador de Vinos, Vinos aromatizados, Vinos Espumosos, Vinos de Licor, Mostos, Mistelas y Vinagres.

En la nueva Federación están integradas las asociaciones de productores de Jerez, La Rioja, Navarra, Valencia, Penedés y de vinos espumosos y firmas individuales hasta llegar a las 316.

Sus principales funciones, según anunció hoy su presidente, Juan Antonio Mompó, serán la de sr el interlocutor de la Administración española y comunitaria en defensa de los caldos nacionales, así como intervenir en la nueva elaboración de la Organización Común de Mercado (OCM) que prepara la CE.

En este ámbito, el problema que denunció Mompó son los abundantes excedentes de vino en Europa, ya que los países del norte de Europa producen mayores cantidades por hectárea con la introducción de nuevas cepas y el uso de azúcar para aumentar el grado alcohólico (chaptalización), lo cual está prohibio en España.

La Federación solicita a la CE que la chaptalización se realice con mostos, lo cual disminuiría la producción, y que no penalice a España por ser el país con más extensión de cepas, ya que cumple un papel medioambiental al evitar la desertización.