El estudio pone de manifiesto además que, a pesar del incremento de concienciación entre los consumidores de Reino Unido, éstos pasan por alto aspectos como los detergentes "limpios" o las inversiones en coches poco contaminantes.

De hecho, se confirma que el precio de los productos está por encima de las consideraciones éticas como factor clave de sus decisiones de compra.

Los consumidores están constantemente atraídos por las "ofertas diarias" de los supermercados y se desaniman con los precios más elevados de las marcas de los bienes de "comercio justo".

El informe también afirma que las compañías que recurren a los parámetros meramente limpios y éticos no tienen tanto éxito como aquellas que integran conceptos clave de sostenibilidad en términos de beneficio y desarrollo a largo plazo.

Respecto a las legislaciones, el informe señala que el papel adoptado por el Gobierno es crucial en el avance de las soluciones más ecológicas.