"El e-mail se ha convertido en una herramienta para la comunicación en los negocios, entre amigos y familia. Por lo tanto, no es de extrañar que muchos pacientes prefieran comunicarse con sus doctores por correo electrónico", afirma el doctor Tom Ferguson, editor de una revista para la salud de los consumidores, en un artículo publicado en la revista "Journal of the American Medical Association".

Una encuesta realizada el año pasado demstró que el 43% de los casi 41 millones de adultos que utilizan Internet en EEUU han buscado información sobre salud por este medio.

"Los cuidados y competencia profesional, así como la sensibilidad hacia las necesidades y preferencias de los pacientes, han sido siempre las cualidades más preciadas en los médicos", afirma Ferguson.

Según informes de la Universidad de Virginia y de la Escuela Universitaria de Londres, se ha descubierto que algunas personas prefieren consultar anónimamente a travésde los e-mails, ya que les parece menos intimidatorio que el contacto directo con sus médicos.

Sin embargo, Alissa Spielberg, de la Escuela Médica de Harvard, cree que "el e-mail para las consultas médicas no sólo genera un riesgo, sino que puede suscitar serias cuestiones sobre la intimidad, confidencialidad, autenticidad de las consultas y el consentimiento de los pacientes", señala Spielberg.