LAS CONSTRUCTORAS ESPAÑOLAS NECESITAN FORMAR 176.000 TRABAJADORES ANTES DE 1993 PARA COMPETIR EN EL MERCADO UNICO
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El sector de la construcción necesita formar profesionalmente a 176.000 trabajadores antes de fin de año para entrar en el Mercado Unico de la CE con el mismo nivel de empleados cualificados que los demás sectores productivos del país, según la Asociación de Empresas Constructoras de Ambito Nacional (Seopan).
Esta ptronal estima que actualmente un 32 por ciento de los trabajadores directos de obra no tienen cualificación profesional, mientras que en las demás ramas industriales el número de cualificados ronda el 13 por ciento.
"LLegar a un grado similar de especialización en la construcción", según los expertos de Seopan, "significaría tener que formar rápidamente a unas 176.000 personas más, sin que con ello lleguemos a lo que exigirá muy pronto nuestra competitividad con los países del centro de Europa".
os constructores señalan que las deficiencias en formación del sector tienen su origen en las demoras de los pagos pendientes de las administraciones públicas, cuya deuda con estas empresas, unos 900.000 millones de pesetas, limita tanto sus recursos que no pueden dar cursos de formación sin reducir sus inversiones en construcción y el volumen de empleo.
En su opinión, si los responsables públicos no afrontan con rapidez la liquidación de, al menos, una parte de la deuda pendiente, las empresas constrctoras reducirán sus resultados entre un 1 y un 2 por ciento en 1992, por la regresión que volverá a producirse en los mercados de vivienda y obra civil.
Los dos aspectos que más inicidirán en la nueva regresión del sector durante este año serán, según la organización empresarial, la continua desaceleración en el ritmo de construcción de nuevas viviendas y la "caída en picado" de la contratación de obras públicas.
En el sector residencial, los expertos de Seopan señalan que que el Plan de Viviend del Gobierno no impedirá una nueva reducción del ritmo constructor en el mercado, aunque lo paliará, hasta situarlo en niveles menos graves que los de 1991, cuando la caída de actividad fue del 15 por ciento.
Sin embargo, las empresas constructoras opinan que será la escasez de inversiones públicas en obra civil la que más dañará los resultados finales del sector, al registrar un descenso del 6 por ciento, según sus estimaciones.
Aunque los responsables de Seopan reconocen que el ritmo de crecimento de la contrucción en los últimos cinco años, muy superior al del conjunto de la economía, no puede mantenerse, afirman que existen instrumentos para garantizar una actividad que aumente 2 ó 3 puntos más que el resto de sectores productivos.
DEPENDENCIA OFICIAL
La "llave" de la situación, añaden, la tiene el Gobierno, que debería adelantar parte de la deuda que tiene con el sector y elaborar nuevos programas en infraestructuras para el transporte, los accesos a las grandes ciudades y la distribuión de los acuíferos.
Estos proyectos, a juicio de Seopan, sólo son posibles mediante recursos extraordinarios de origen público que aporten a las empresas el dinero que tienen pendiente de cobrar de las administraciones por las obras que ya se han realizado y el mantenimiento de las inversiones en infraestructuras prometidas en el Programa de Convergencia del Gobierno (5 por ciento del PIB anual).
El principal motivo que aducen los empresarios para justificar su petición es la necesidad de manteer el empleo, lo que resulta una "incógnita" para 1993, ante el temor a que la elaboración de unos presupuestos restrictivos para el año próximo, como anuncia el Gobierno, eche por tierra la posible reactivación del sector.
En 1991, la población ocupada en el sector de la construcción se situaba en 1.268.500 personas, lo que supuso una creación neta de 20.600 puestos de trabajo. Es pues el único sector, junto al de Servicios, en el que no se destruyó empleó el año pasado.
(SERVIMEDIA)
17 Ago 1992
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