En una entrevista con Servimedia, el líder de la patronal de la construcción señaló que el departamento dirigido por Pilar Alegría ya ha atendido las “necesidades” y “propuestas” del sector y ahora tiene que “permeabilizar” el plan a las comunidades autónomas para ponerlo en marcha “lo antes posible”.

Fernández-Alén se refiere así al plan de choque que la construcción lleva reclamando meses ante la demanda de mano de obra que el sector va a necesitar “tal y como van llegando los fondos europeos de manera más intensa”.

El presidente de CNC subrayó que actualmente en el sector lo conforman 1,4 millones de trabajadores, pero hay “margen” para “poder incorporar a más de medio millón” más para “las nuevas actividades” que están apareciendo.

Sobre los jóvenes, Alén destacó que las plantillas del sector están “especialmente envejecidas”, con una media de edad de 46 años y un peso de los jóvenes que han pasado del 26% al 9% desde el año 2008, y existe un desempleo juvenil cercano al 30%. “Ese envejecimiento de la población no puede ocurrir en un sector tan puntero como es la construcción”, apuntó.

Acerca de la presencia femenina, señaló que las mujeres han pasado de representar el 11% en 2023 sobre el total de trabajadores en comparación con el 9% del año anterior y subrayó que tienen que “seguir incorporando” mujeres al sector.

También se refirió a la necesidad de incorporar al colectivo de tres millones de desempleados que hay en el país, así como a los inmigrantes en situación irregular, cuya situación podrían “regularizar”, lo que sería una “muy buena noticia” no solo para el sector “sino también para las pensiones y el sistema de seguridad social”.

Alén reconoció que les “cuesta atraer” a personal al sector, pero recalcó que la construcción “tiene buenos horarios, paga bien, es un sector profesional dinámico y que da mucha estabilidad. Los estudios que hemos hecho demuestran claramente que el que se incorpora al sector de la construcción no quiere irse nunca porque ve que se asciende de manera razonable y bastante rápida dentro del escalafón”.

MÓDULOS CORTOS

Según explicó el presidente de la patronal, la puesta en marcha de este plan es posible gracias a la aprobación de la ley de Formación Profesional, que va a permitir que los trabajadores que busquen formación puedan afrontar módulos de 50 o 60 horas antes de empezar a trabajar en vez de tener que estudiar cursos de entre 600 a 1.000 horas.

“Para ser pintor debías tener unas 650 horas de formación o para ser electricista de baja tensión necesitabas más de 900 horas. Eso para los jóvenes o para la gente que venía del fracaso escolar o de la inmigración era especialmente complejo, ya que resultaban itinerarios formativos especialmente largos que no eran atractivos”, indicó Fernández-Alén.

Ahora, el objetivo es que se puedan dividir los itinerarios largos en pequeños módulos en los que “a modo de puzle” se logre una formación completa, pero, mientras tanto, “el trabajador empiece a cobrar, a sentirse bien y parte de un proyecto”. “Yo creo que es una vía importantísima, moderna, muy dinámica y adaptada a nuestros tiempos, en los que la inmediatez es necesaria”, aseguró el presidente de la patronal constructora.

Además, resaltó que otra ventaja de estos módulos cortos es que la formación que recibe el trabajador se corresponde “con las necesidades que tengan las empresas”, ya que en itinerarios más largos hay formación que, sobre todo, una pyme puede no "necesitar".

“Normalmente la pyme es una empresa más especializada, que necesita trabajadores que sepan mucho de algo. Seguro que esta formación nos ayuda a encajar mucho más esa pieza del trabajador bien formado en algo concreto, que es lo que necesita la pyme”, indicó.

TRABAJADORES DE ORIGEN

Durante el otoño, se produjo una polémica acerca de la intención de los ministerios de Transportes y de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones de facilitar la contratación en el extranjero de ciertos perfiles profesionales del sector de la construcción.

La entonces secretaria de Estado de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Isabel Pardo de Vera, señaló en noviembre que “en cuanto no se llegase a cubrir ese volumen de trabajadores cualificados” se pasaría a “una estrategia de contratados internacionales”. No obstante, las objeciones del Ministerio de Trabajo y las quejas de los sindicatos paralizaron las intenciones iniciales del Ejecutivo.

Sobre este plan, Fernández-Alén apuntó que sería una “buena solución” cubrir la demanda en el sector con los colectivos marcados como prioritarios, pero que, en el caso de que “no funcione o sea insuficiente”, se pueden acabar trayendo trabajadores de origen.

Sin embargo, subrayó que es un tema “bastante complejo” que “en muchas ocasiones no ha dado el éxito que se deseaba” por la necesidad de traer trabajadores que conozcan cómo se desempeña en España el oficio y por los “costes” que conllevan el viaje y la estancia.