Rafael Fernández, presidente Osicemen, se mostró hoy convencido de esta reducción, dada la caída del consumo de cemento en el primer semestrea nivel nacional, que ha sido del 7,1%, lo que consideró como "el indicador más fiable de lo que pasará en la construcción en los próximos meses".

Fernández dijo que aunque la reducción del mercado nacional del cemento en el segundo semestre será inferior, sobre todo por el menor dinamismo que tuvo en ese periodo el año pasado, es "muy difícil" que la actividad constructora se recupere y argumentó que estó se debe a la caída de la licitación oficial y a que el nuevo Gobierno no ha adjudicado todavía nnguna obra superior a 2.000 millones de pesetas.

En el pasado semestre de este año, las cementeras han visto caer sus ventas un 4,7%, ya que la reducción de operaciones en el mercado nacional del 9,2% se ha visto compensada por un aumento de las importaciones del 14,9%.

Sin embargo, además de la menor actividad, las cementeras españolas tienen que competir con exportaciones de terceros países, en condiciones de 'dumping' (competencia desleal), ya que estas cementeras exteriores están vendiendo po debajo de los costes, según denunció Fernández. Las importaciones aumentaron un 11,8% en el primer semestre y suponen ya 3 millones de toneladas anuales sobre un total de 25,5 millones de toneladas de consumo nacional.

Estas importaciones afectan sobre todo al área mediterránea, según Fernández, quien manifestó que varios países han solicitado a la Comisión Europea que tome medidas en este asunto y que ésta no lo ha hecho "por razones que todos desconocemos".

El presidente de Osicemen dijo que etas importaciones, de continuar durante el próximo año 1997 la tendencia a la baja en el consumo, podrían provocar la desaparición de hasta 1.000 empleos en el sector, sobre un total de 7.000, ya que la exportación actual supone la actividad de cuatro fábricas de tamaño mundial.