Fuentes del CSN informaron hoy a Servimedia que este organismo estudia el incidente para determnar si la instalación puede continuar funcionando hasta la próxima recarga de combustible, que se realizará en septiembre, o tiene que parar para subsanar la rotura del indicador de temperatura.

La rotura se produjo el pasado día 18, el mismo día en que se detectó una fuga de vapor en un tubo de instrumentación de uno de los lazos de refrigeración de la Central Nuclear de Trillo.

Según el CSN, el que uno de los tres indicadores de temperatura de Vandellós II haya quedado inoperativo no afecta a l seguridad de la instalación, ya que se aplican métodos alternativos para controlar la temperatura.

Sin embargo, Greenpeace denunció que la aplicación de estos métodos correctores no se ajusta a las Especificaciones Técnicas de Funcionamiento de la central. Carlos Bravo, portavoz de la organización, indicó a esta agencia que esta situación "genera una clara incertidumbre desde el punto de vista de la seguridad, por lo que la central debe parar lo antes posible".