Las principales preocupaciones del partido se centran ahora en seguir dando la imagen de unidad ante la negativa a González, y sin embargo potenciar su voluntad de llegar a coincidencias entre los programas de CDC y el PSOE.

Aunque el punto de vista defendido por el secretario general de CDC, Miquel Roca, de entrar en el Ejecutivo, es respaldado por una minoría -en la última reunión del comité ejecutivo se pronunciaron a favor de la coalición sólo cinco miembros-, para Pujol es iportante que en el Consejo Nacional de mañana esta posición no tome demasiada relevancia.

Además, fuentes de la Generalitat indicaron que el líder de Convergència i Unió (CiU) quiere evitar que el rechazo a un Gobierno de coalición llegue a eclipsar la segunda parte de su decisión, que insiste en abrir una fase de diálogo con los socialistas.

Por su parte, el socio nacionalista de CDC, Unió Democrática (UDC), reiteró ayer a través de su máximo dirigente, Josep Antoni Duran Lleida, que desde su apyo en el Parlamento pueden darse las mismas condiciones para garantizar la estabilidad de un Gobierno. En este sentido quiso también justificar la postura tomada ante las peticiones de amplios sectores económicos y empresariales para que CiU formara parte del Ejecutivo.

En el próximo encuentro entre Felipe González y Jordi Pujol, probablemente el próximo lunes, ya se planteará la configuración de la comisión mixta que estudiará las coincidencias de los programas de los socialistas y los nacionalistas.A esta reunión acudirá otra vez solo Pujol, pero Duran i Lleida ya ha expresado que Unió quiere tener presencia directa en el proceso de negociaciones.