Según informó el Gobierno, una primera campaña, a través de emisoras de televisión de cobertura estatal, pretende divulgar en la sociedad un modelo de convivencia igualitario en el reparto de las tareas domésticas que lleva también a facilitar la incorporación de la mujer a la vida laboral.

La segunda campaña está dirigida a las adolescentes, a través de prensa juvenil y material gráfico, con el objetivo de fomentar una valoración positiva del cuerpo y de la identidad femenina, tratando de prevenir las situaciones psicológicamente dañinas para la mujer y elevar su autoestima.

El coste estimado de las campañas publicitarias asciende a 2.500.000 euros y 800.000 euros, respectivamente.