Cada año, los 20 centros de transfusión del país envían a la industria farmacéutica, a través de contratos específicos para cada una de ellas, más de 413.000 litros de plasma, según el Ministerio de Sanidad. Cada comunidad autónoma recibe los productos derivados de su propio plasma y los distribuye a sus respectivas farmacias hospitalarias.

España es autosuficiente en componentes sanguíneos destinados a transfusión desde hace tres décadas y se ha alcanzado un buen nivel de calidad y seguridad. De hecho, estas donaciones permitieron realizar, en el año 2023, un total de 1.824.533 transfusiones y se atendió a más de 484.465 pacientes, informa Sanidad.

Sin embargo, “a pesar del aumento sustancial de plasma remitido a la industria fraccionadora desde los centros de transfusión, no se alcanza el nivel de autosuficiencia en derivados plasmáticos para fabricar medicamentos”, explica en un comunicado. Por este motivo, “se contempló incrementar la eficiencia, mediante un acuerdo marco, con el fin de lograr el máximo aprovechamiento del plasma fijando unas condiciones homogéneas y un precio de fraccionamiento unificado, para las 17 comunidades autónomas adheridas, impulsando el procedimiento de contratación y procurando ofrecer valor añadido al SNS y a las compañías”.

Este acuerdo marco tiene como objetivo seleccionar un único proveedor de del fraccionamiento, del plasma humano donado altruistamente en la Red Nacional de Centros de Transfusión. Los medicamentos obtenidos se distribuirán a los hospitales del SNS para apoyar a las administraciones participantes y fortalecer los servicios de los centros sanitarios. El plazo de vigencia del acuerdo es de 24 meses con la posibilidad de prorrogar 24 meses más.