También expresó sus quejas por la campaña del PP de Andalucía donde una pareja se queja de que su hijo haya de aprender catalán si viene a Cataluña.

Solà, en declaraciones a Catalunya Ràdio, señaló que el PP está en "una pendiente hacia la marginalidad política en Cataluña que no se entiende".

A su juicio, "si el PP quiere ser realmente una alternativa de gobierno en el Estado español no se puede convertir en un partido residual en Cataluña".

El consejero explicó que "de este extremismo (del PP) no debe de ser ajeno el éxito del anticatalanismo, la xenofobia, que hace que los populares estén gobernando en el País Valenciano desde hace tiempo. Quizás el señor Zaplana ha explicado a sus compañeros de partido que explotar este sentimiento racista tiene réditos electorales".

Solà agregó que "a primera reacción es de indignación, de ser objeto de una injusticia, de una infamia. Pero después hemos de actuar con la cabeza fría, de la manera más inteligente posible, y no nos podemos dejar arrastrar por reacciones viscerales".