Redondo, que reconoció estar emocionado por los aplausos que ha recibido de sus compañero, no quiso contestar todavía a la pregunta de con qué sabor se va tras 18 años al frente de UGT.

"Todavía tenemos que ver lo que pasa con la gestión. Esto es un congreso democrático y todavía no ha terminado. Siempre es muy difícil explicar una situación tan compleja. Es todo muy confuso", indicó.

En cualquier caso, Redondo señaló que siente un cierto desahogo "porque dentro de poco me veré libre de una serie de servidumbres y podré disponer más de mi propia vida. Eso es ahora un poco lo fundamenal".

El líder de UGT aseguró que humanamente "me siento bien. Es lógico. Después de 20 años recuperas una cierta capacidad de libertad y disponibilidad hacia tí mismo y eso siempre es positivo".

Al recordarle las declaraciones que en algunas ocasiones ha realizado diciendo que no sabe por qué se metió en el mundo sindical, Redondo dijo que "muchas veces te metes por inercia y sería un problema a analizar en profundidad y casi de psicólogos analizar por qué sigues aquí".