En la ponencia base quese debate en el Congreso se recogía que la presencia de las mujeres en los órganos de dirección del sindicato deberá estar más en consonancia con la realidad afiliativa de la UGT.

En concreto, la ponencia dice textualmente que "esta presencia, que tenderá a ser proporcional al número de afiliados y afiliadas en cada federación y unión, no podrá ser -como regla general- superior al 80% ni inferior al 20% para cada sexo".

Sin embargo, la comisión de trabajo que debate este tema ha aprobado por mayoía la enmienda a los Estatutos presentada por UGT-Madrid, que matiza que esta presencia no podrá ser superior al 80% ni inferior al 20% para cada sexo, pero "a modo de orientación", en lugar de "como regla general".

Aunque esta decisión, que deberá ser debatida y aprobada en el pleno del Congreso, que se reúne esta tarde, supone un avance con relación a la situación anterior, lo cierto es que la cuota femenina del 20% como mínimo queda sólo como una recomendación, pese a que Méndez había insistido reieradamente en que las mujeres deben tener un mayor peso en los órganos de dirección del sindicato.

Méndez cree que hay una clara distorsión entre el peso laboral de las mujeres y su presencia en los puestos de dirección del sindicato, que es necesario corregir. Un ejemplo claro de su empeño por que las mujeres participen más activamente en las decisiones de la organización es su decisión de que en la nueva Ejecutiva que salga de este Congreso haya tres mujeres.

Almudena Fontecha, hasta ahora secrtaria de Acción Social de UGT, seguirá en la Ejecutiva. Las otras dos mujeres que se perfilan para entrar en la nueva dirección de UGT son Carmen Rangil, secretaria de Acción Sindical en UGT-Cataluña, y Ana Ruiz, técnica de la Secretaría Confederal de Acción Institucional.