La propuesta, presentada por el diputado Joan Herrera, del grupo de ERC-Izquierda Unida-ICV, pedía que las tarifas de este trayecto del AVE no superen los 90 euros ida y vuelta, que es lo que costaba el Alvia.

La proposición defendida por Herrera solicitaba que ese tope tarifario se aplicase sobre un porcentaje mínimo diario de las plazas del trayecto de Barcelona a Madrid, a fin de atender a las necesidades del número creciente de usarios que toman cada día el AVE en la Ciudad Condal para venir a trabajar a la capital de España y volver al final del día a su lugar de origen.

La proposición no de ley tuvo el apoyo de CiU, pero se encontró con los votos en contra del PSOE y la abstención del PP, que presentó una enmienda de modificación, que no prosperó, en la que exigía la no equiparación de la rebaja del precio actual con otros servicios como Alvia o Altaria "pues aparentemente es igual, pero es un servicio prestado en condiciones distintas".

Por su parte, el Grupo Socialista presentó una enmienda de sustitución, que tampoco prosperó, que instaba al Gobierno a estudiar el incremento de la oferta de tarifas con descuento en el canal de venta de billetes por Internet, para garantizar un mayor acceso a dicha bonificación.

En esta línea, Herrera señaló que "el AVE se ha convertido en un medio de transporte para ejecutivos, y los mochileros tienen que viajar en avión o autobús". En su opinión, "con estos precios se está excluyendo a las clases populares del uso del tren".

El diputado de CiU Pere Macias destacó la importancia "extraordinaria" de esta proposición que "mete una ingente presión al Gobierno para que le apriete las tuercas a Renfe".