"Es una no aprobación, no un veto. Ahora toca la admisión y su posterior publicación", zanjaron esta mañana fuentes parlamentarias ante la "triquiñuela" urdida ayer por el Senado. La Cámara Alta se apoyó entonces en un informe de 12 páginas de sus letrados para devolver el texto al Congreso. El razonamiento de sus servicios jurídicos era que entendían que el rechazo mayoritario del Pleno a la norma supone, de facto, un veto sobre el que la Cámara Baja se tiene que pronunciar.

"Barco no es animal de compañía", respondió el vicepresidente del Congreso, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, ante los medios de comunicación. En declaraciones ene el escritorio de la Cámara Baja, rechazó que la votación del Pleno del Senado suponga un veto porque contravendría el artículo 107.2 de su Reglamento, que establece que "las enmiendas y las propuestas de veto deberán formalizarse por escrito y con justificación explicativa".

"Todavía hoy en la intranet del Senado está el guion del orden del día que efectivamente dice que, una vez rechazado el proyecto de ley, se manda el Boletín Oficial del Estado. Esto es lo que decía y lo que esperaban todos los senadores hasta minutos antes de su última alocución", señaló en referencia al presidente del Senado, Pedro Rollán, al que avisó de que "las mayoría absolutas" no "pueden contra todo" y menos "contra la Constitución" o "contra el Reglamento".

PLAZO DE PRESENTACIÓN DE VETOS

Este primer motivo viene incluido en el "informe verbal" que el letrado mayor del Congreso, Fernando Galindo, hizo ante la Mesa para apoyar la decisión del órgano de dirección de la Cámara. La segunda y última es que dicho veto no se habría presentado en los 10 días naturales siguientes a su registro en el Senado, por lo que debería ser inadmitido. El Congreso rechaza así entrar en los argumentos de la Secretaría General de la Cámara Alta.

De este modo, el Congreso acelera su respuesta al Senado, ya que la idea inicial era que, una vez que fuera notificado oficialmente su decisión --un paso que se materializó ayer por la tarde--, sus servicios jurídicos empezarían a estudiar los argumentos de los letrados del Senado con el objetivo de elevar sus conclusiones a la Mesa para que se pudiera decidir la semana que viene.

Sin embargo, la Cámara Baja ha decidido que se debe pronunciar hoy para no “dilatar por cuestiones de procedimiento” la tramitación de la ley, independientemente de si los letrados culminan su informe. De este modo, no se volverá a votar la reforma en el Pleno del Congreso, tal y como pretendía el PP.

"Es realmente triste. Creo que el presidente del Senado está deliberadamente al servicio del Partido Popular, anteponiendo sus intereses por encima de los intereses propios de la Presidencia de la Cámara del Senado. No puede realizar esa triquiñuela en el último momento, anunciando algo que no ha sucedido. Eso es lo que hizo en el último Pleno, además de hacerlo fuera de plazo. Por tanto, creo que debería de reflexionar y tomar altura en relación a lo que son los intereses espurios del Partido Popular", concluyó el vicepresidente del Congreso.