El decreto del 10 de febrero subió el tipo "ad valorem" al 57%, desde el 55,95%. mientras que el tipo específico por cada 1.000 cigarrillos se incrementó en dos euros, hasta los 8,20 euros.

Además, se implantó un tipo mínimo de 1,10 euros por cajetilla para los casos en los que la suma de los dos anteriores no alcance esa cantidad.

Se trata del tercer decreto de subida de impuestos del tabaco aprobado por el Ejecutivo en seis meses, tras los del 16 de septiembre y el 20 de enero, con los que perseguía una subida del precio de las cajetillas para frenar el consumo.

El decreto del 20 de enero logró, sin embargo, el efecto contrario y, tras un primer paso de Philip Morris, el resto de compañías (Altadis, BAT y JTI) también bajaron sus precios.

No obstante, este último decreto fue derogado cuando fue sometido a convalidación en el Congreso, el pasado 9 de febrero. El PP se oponía a la norma y con sus votos, y los de 30 diputados socialistas, entre ellos el ministro de Trabajo, Jesús Caldera, que se equivocaron, consiguió tumbarla.

Al día siguiente el Gobierno reaccionó con un nuevo decreto de subida, el que ahora se va a convalidar, que sí ha conseguido que las principales marcas suban los precios de las cajetillas.