La Comisión de Justicia e Interior aprobó hace dos semanas un texto que establece esa posibilidad, siempre que haya mutuo acuerdo de los cónyuges. En caso contrario, primará el apellido del padre, como ocurre en la actualidad.

Este ha sido el único punto de divergencia en las discusiones para la modificación de la ley. La diputada de Iniciativa per Catalunya Mercé Rvadulla sostuvo que, al igual que sucede con otras cuestiones relativas a la familia, deberían ser los tribunales quienes decidan el orden de los apellidos, en el caso de que no haya acuerdo ente los progenitores.