Los vecinos exigen que el Ejecutivo les consulte antes de aprobar definitivamente la ampliación y que realice un estudio de impacto medioambiental, como marcan las directivas de la Comunidad Europea (CE).

Ellos entienden que, si el informe se realizase, los resultados serían contrarios a la ampliación, ya que Baraas se encuentra dentro del área urbana de Madrid, con una población afectada de 500.000 habitantes.

La coordinadora ha enviado una carta al presidente del Gobierno, Felipe González, para pedirle la paralización del Plan Director del Aeropuerto de Barajas, al considerar que el proyecto es lesivo para los intereses del vecindario de la zona y "encubre una nueva operación urbanística en el nordeste de Madrid, no exenta de especulación, además del deterioro medioambiental que va a suponer".

Asimismo,ha solicitado una entrevista con el nuevo ministro de Infraestructuras, José Borrell, considerado por los vecinos como una persona conocedora del tema, ya que es ingeniero aeronáutico, y en quien confían para que haga un replanteamiento del proyecto, ideado por el anterior responsable del Ministerio de Transportes, José Barrionuevo.

Los vecinos, que durante la última semana han reunido 10.000 firmas en contra de la ampliación, anunciaron que, si Borrell no les recibe antes de los comicios autonómicosmunicipales del 26 de mayo, convocarán movilizaciones y colapsarán el aeropuerto de Barajas, como ya hicieron en 1983.

PUERTA DE COMUNICACION CON IBEROAMERICA

Ceferino Maestu, responsable de Medio Ambiente de la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM), explicó hoy, en rueda de prensa, que la ampliación del aeropuerto sólo se justifica como una demanda de la CE para que España se convierta en una puerta de comunicación con los países de América Latina.

Maestu dijo que Brajas es uno de los pocos aeropuertos que todavía se mantienen en servicio toda la noche, precisamente por el cambio de horario de los países iberoamericanos.

Añadió que el aeropuerto madrileño no es utilizado por aquellas personas que llegan a Madrid, ya que cerca del 60 por ciento son viajeros en tránsito hacia otros lugares.

Otro factor que desaconseja la ampliación, según el representante de la FRAVM, es el excesivo nivel de ruido que tienen que soportar los vecinos, como consecuencia de los espegues y aterrizajes de los aviones.

Según Maestu, los 80 decibelios que un avión transmite dentro de las viviendas impiden conciliar el sueño "ya que es igual que dormir al lado de un camión de la basura", hecho que se agrava en el verano, cuando hay que dormir con las ventanas abiertas, "y cuando cada 25 minutos despega un avión, produciendo entre 120 y 130 decibelios", indicó.

Los vecinos tienen la intención de crear una Coordinadora de Medición del Ruido en Barajas, para ejercer un controlcomprobar si se respeta la normativa sobre contaminación acústica.