La actualización vasca consiste en situar a precio actual el balance contable de los activos o bienes de las empresas, sin que suponga para ellas coste fiscal alguno. Las normas vascas permiten a las empresas atualizar los valores de su inmovilizado contenido en el balance cerrado en diciembre de 1996.

La patronal vasca recordó, en una nota de prensa, que otros intentos de limitar la capacidad normativa vasca en materia fiscal fracasaron en los tribunales, que "ya se han pronunciado en reiteradas ocasiones respaldando la legalidad de las sucesivas normas de actualización de balances aprobadas en Euskadi".

Confebask expresó su confianza en que los tribunales den nuevamente la razón al País Vasco y reconzcan, una vez más, la autonomía que en estas cuestiones y, según la legislación vigente, corresponde a las instituciones.