Según informó hoy la Asociación El Defensor del Paciente, la mujer, de 39 años, quería mejorar su apariencia física y eliminar el vello de sus piernas, por lo que contrató los servicios de Sanitas.

El 11 de enero de 2005 se realizó la primera sesión de depilación láser en el Centro Millenium, tras lo cual la zona se enrojeció, por lo que le fue prescrito un tratamiento. El 22 de marzo, otra doctora distinta a la autorizada realizó la segunda sesión, incluyendo ingles y axilas, que no estaban contempladas en el consentimiento informado.

La mujer tuvo dolor y enrojecimiento, por lo que se le prescribió un nuevo tratamiento, y el 24 de mayo fue sometida a una tercera sesión en ingles y axilas.

El 22 de noviembre de ese mismo año fue atendida por otra persona que se identificó como enfermera de la segunda doctora que la había tratado. En dicha sesión la mujer sintió un dolor mucho más intenso y se lo hizo saber a la enfermera, quien siguió con el tratamiento pese a la aparición de alguna ampolla y zonas muy marcadas.

Tras esta sesión, la paciente se vio afectada por importantes quemaduras en todas las zonas intervenidas y como éstas no remitían, decidió acudir posteriormente a un sanatorio. Allí fue diagnosticada de quemaduras por láser y sometida a tratamiento cicatrizante.

Las manchas por las quemaduras se prolongaron en el tiempo, lo que produjo en la mujer una reacción depresiva que requirió tratamiento farmacológico y psicoterápico durante un año.