Tal y como se establece en la resolución, los ahora condenados realizaron esta acción violenta "como manifestación de su autoridad y dominio territorial frente a la banda rival de los Trinitarios". Contra esta resolución cabe la interposición del correspondiente recurso de apelación ante la Sala de lo Civil y lo Penal del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Madrid.

La sentencia de la Sección número 23 de la Audiencia madrileña condena a tres de los cuatro procesados en el juicio celebrado a finales de febrero por una reyerta ocurrida el 30 de septiembre de ese año en la zona del Bulevar de Vallecas con machetes, una pistola y una escopeta.

La mayor pena se le impone a Carlos Manuel S.E., alias ‘el huevo’, condenado, entre otros delitos, por tres homicidios en grado de tentativa, de uno de ellos por disparar a ‘Sandy’, un supuesto miembro de los Trinitarios con una pistola en el interior del locutorio Julito de Puente de Vallecas, donde la víctima trató de esconderse.

Según los hechos probados, ‘el huevo’ también trató de asesinar minutos después a su paso por la calle Hermanos Ruiz a Álvaro, a quien dio varios machetazos en la cabeza y el brazo izquierdo que le dejaron herido de gravedad.

El tercer intento de homicidio ocurrió a los pocos minutos en la avenida Ciudad de Barcelona, por donde Carlos Manuel caminaba junto a otro acusado y dos menores cuando se encontró a Jonathan Javier, al que, sin mediar palabra, propinó un machetazo en la cara que le causó la pérdida total de la visión en el ojo derecho.

Carlos Manuel fue detenido unos metros más adelante de su último ataque junto a sus tres acompañantes, entre ellos el acusado Ángel José R.D.V., a quien el tribunal condena a tres años y seis meses de prisión por su pertenencia a la banda latina, ya que era miembro probado para la Policía incluso antes de estos hechos.

El tercer condenado es Mario Fernando O.R., que fue detenido en las inmediaciones del escenario de los hechos junto a otro joven, tirando al suelo una escopeta con el cañón recortado y un machete de unos cuarenta centímetros al percatarse de la presencia policial.