Los hechos, que fueron juzgados la semana pasada, tuvieron lugar a las puertas del Instituto de Bachillerato Vicente Espinel de Málaga, cuando, al terminar una fiesta, varios individuos, algunos de ellos con las cabezas rapadas y ataviados con ropas características de estos colectivos, golpearon sin causa justificada a un estudiante.

Los agesores procesados, Jorge Ballester y Pablo Arribi, usaron en la paliza sus botas de estilo militar con la puntera reforzada y un objeto contendente metálico. En un momento del ataque, el joven estudiante cayó al suelo, arrollando a un ciclomotor estacionado junto a la puerta del centro de estudios y empapándose de la gasolina que derramó el depósito del ciclomotor.

Uno de los "cabezas rapadas", que no fue identificado, mostró un mechero encendido haciendo señas de intentar prender fuego al cuerpo de Nstor Fernández, hecho que no se consumó por la rápida intervención policial y de los profesores del Instituto.

El fiscal solicitó penas de dieciséis años de cárcel para los procesados por un delito de asesinato en grado de tentativa, si bien la sentencia asegura que no hubo tal intención.

Jorge Ballester ha sido condenado a dos años, cuatro meses y un día de prisión menor por lesiones, mientras que el otro procesado, Pablo Arribi, a tres meses de arresto mayor, por ser menor de edad cuando se comtió el delito.

La sentencia asegura que el hecho constituye una "injustificable agresión" cometida con "innecesaria brutalidad", si bien explica que no está acreditada la intención de acabar con la vida del agredido.