Vercruysse ha sido condenado a seis meses de prisión y a 40.000 francos de multa (170.000 pesetas), decisión que han acogido con agrado las organizaciones de lucha contra el racismo de Bélgica.

Para llegar a ese fallo, el juez Pierre Sprokeels tuvo que analizar una ley belga de 1995 que reprime el negacionismo, ya que no existía hasta el momento ninguna jurisprudencia sobre el asunto. La defensa no tuvo éxito al alegar libertad de expresión, ya que ésta e limita en el caso de que las opiniones vertidas tengan consecuencias nefastas para la sociedad.

Vercruysse difundió la revista "Final Conflict", en la que se cuestionaba la matanza masiva de judíos. El condenado deberá pagar también la publicación íntegra de la sentencia en los principales diarios belgas.