Los hechos se produjeron en marzo de 1991 en el municipio de Canillas del Aceituno, cuando el ahora condenado se acercó a la víctima para acariciarle las piernas, derribándola y despojándola de sus ropas.

Manuel Portales intentó la penetración, amenazando a la joven británica con un dardo de unos doce centímetros. La resistencia de la mujer, que según se recoge en la sentenciaapretó con fuerza sus piernas, evitó la consumación de la violación.

El condenado optó entonces por masturbarse y eyacular sobre el cuerpo de su víctima, que minutos más tarde presentó una denuncia en el cuartel de la Guardia Civil de la localidad.

La sentencia señala como eximente incompleta la oligofrenia del condenado, que ha sido declarado por los especialistas como un caso de semienfermedad mental, pues Manuel Portales tiene limitación de conciencia y voluntariedad, que no llega a ser compleamente anulada. Asimismo, el condenado deberá indemnizar con un millón de pesetas a su víctima.