Según la sentencia, el condenado, de 39 años, agredía sexualmente a sus hijas bajo la amenaza de no dejarlas salir con sus amigas y aprovechando el tiempo en que su mujer se encontraba fuera de casa trabajando.

El tribunal ha apreciado en el procesado la atenuante de enajenación mental incompleta, debido al deterioro de sus facultades mentales como consecuencia del alcoholismo crónico que padece desde los 19 ños.

Según la sentencia, el padre de las jóvenes, M.R.F., mantenía relaciones sexuales casi a diario con su hija mayor cuando esta tenía 14 años, hecho que repitió con su segunda hija. También abusó de su hija más pequeña a partir de que ésta tuvo su primera menstruación a los 11 años.

Los abusos se mantuvieron hasta una semana antes de que el condenado fuese denunciado por el Centro de Servicios Sociales del Principado, a donde acudió la menor de las hermanas en busca de ayuda.