Sin embargo, el tribunal absolvió a la mujer, Herminia Fernández Gómez, por considerar que no participó en el asesinato, a pesar de que el fiscal y la acusación la acusaban de un delito de parricidio.

La sentencia asegura que José María Carlos y Herminia Fernández no realizaron el crimen de mútuo acuerdo y con premeditación, sino que el primero fue el único responsable de la muerte de Manuel Virdosola Castro, esposo de su amante.

Los dos amantes se conocieron a través del 'party-line' en aril de 1992, cuando Herminia Fernández vivía con su familia en Terrassa (Barcelona) y José María Carlos, con la suya en el País Vasco. Tras intercambiarse cartas y fotos, el industrial decidió dejar a su mujer y se trasladó a Terrassa porque Herminia le había dicho que era soltera y neurocirujana, a pesar de que estaba casada y con dos hijas y trabajaba como auxiliar de clínica.

En septiembre del mismo año, según el fallo de la Audiencia de Barcelona, el acusado se dirigió a la vivienda de su amante, n la que estaba el marido solo y, tras una discusión, el primero ató al segundo las manos con el cable del teléfono y después le estrángulo con ese mismo cable.

La sentencia indica, sin embargo, que José María Carlos no tenía un plan preconcebido para matar al esposo de su amante, aunque califica los hechos de asesinato porque hubo alevosía, ya que la víctima no pudo defenderse.

A pesar de que el fiscal del caso pidió 26 años de cárcel y la acusación particular 30, el tribunal condenó sólo al acuado a 14 años, al apreciar la eximente incompleta de trastorno mental. Según la sentencia, sufría depresiones, motivo que le llevó a utilizar el servicios 'party-line' para relacionarse con otras personas, y en el momento de los hechos sufrió un ataque de pánico.