El tribunal ha absuelto de la acusación de encubrimiento de homicidio a sus tres hijos, David, María Soledad y Rosa Torres, al creer que la apoyaron por su relación de parentesco.

Rosa Torres fue la hija que denunció los hechos después de un mes, y explicó que el cadáver de su padre estaba emparedado en el fondo de un armario empotrado.

El fallo estima para la autora del homicidio el agravnte de parentesco y un atenuante de miedo insuperable, ya que considera probado que Rosa Guardia era sometida a malos tratos de forma reiterada por parte de su marido, que era alcohólico.

La Sección Sexta de la Audiencia declara probado que la autora del homicidio, ante el temor de ser atacada por segunda vez por su marido el 24 de diciembre de 1994, tras una disputa en la que la víctima la amenazó y le causó heridas con un cuchillo de cocina, ella cogió otro y le atestó 19 puñaladas que le causaron l muerte.

La mujer fue ayudada por su hija Rosa a trasladar el cadáver a la habitación del matrimonio, y junto con sus otros hijos David, María Soledad construyeron un "nicho" con cemento y ladrillos en el interior de un armario empotrado de la habitación y pusieron dentro el cuerpo del marido.