Así lo afirmó durante el acto de toma de posesión de Javier Zaragaza como nuevo fiscal jefe de la Audiencia Nacional, cargo que ocupaba hasta el 1 de febrero Eduardo Fungairiño.

En su discurso, el fiscal general del Estado dijo que es "consciente de que la posibilidad de que las armas de ETA callen definitivamente" constituye una preocupación "de primer orden en el debate social".

Señaló que, a lo largo de sus muchos años de ejercicio "imparcial e intachable", Zaragoza ha acreditado "que ni los vaivenes políticos ni las presiones más fuertes han quebrado jamás su estricto sentido del Derecho y su recta dedicación al ideal de la Justicia".

"Es, por consiguiente, en esta encrucijada histórica, un profesional idóneo para cumplir y hacer cumplir la ley como la Constitución nos exige, es decir, en defensa del interés público tutelado por la ley, que emana de la voluntad popular, procurando precisamente, ante los tribunales, la satisfacción del interés social", añadió.

En este sentido, aseguró que "todos los españoles pueden estar seguros de que la definición de ese interés público que efectúen en cada momento las Cortes Generales, en el ejercicio de su potestad legislativa, se verá puntual y exactamente traducida en la acción de la fiscalía".

Asimismo, afirmó que Javier Zaragoza será "el primer garante de la sintonía absoluta entre esa acción del Ministerio Fiscal y el cumplimiento de la legalidad".

Así, Conde-Pumpido sentenció que "la Fiscalía de la Audiencia Nacional será, en el proceso de paz, el hilo conductor de las decisiones de los españoles, expresadas a través de la ley. Ni más, ni menos".

Conde-Pumpido se refirió también a las víctimas del terrorismo y dijo que Javier Zaragoza "conoce bien, en directo y por si mismo, la presión, el ahogo social, el recelo, el miedo de un pueblo sometido a la amenaza de la violencia".

"Sabe, por tanto, de qué hablan quienes quedaron marcados para siempre por la irracionalidad de otros", dijo el fiscal general del Estado.

En su discurso, Conde-Pumpido recordó las razones que le llevaron a proponer a Javier Zaragoza como fiscal jefe de la Audiencia Nacional: su larguísima experiencia y su profundo conocimiento de la Audiencia Nacional, en la que lleva trabajando 18 años.

Conde-Pumpido señaló que es consciente de que con el nombramiento de Zaragoza como fiscal jefe de la Audiencia Nacional "sacrifica un inmejorable jefe de la Fiscalía Antidroga", si bien aseguró que "no le faltan discípulos que, sin duda, sabrán seguir su camino".

Al acto acudieron hoy diversos fiscales de la Audiencia Nacional, como Juan Moral, Ignacio Gordillo, Jesús Alonso, Olga Sánchez, encargada del caso del 11-M, y el teniente fiscal Jesús Santos, así como el propio Eduardo Fungairiño, a quien Conde-Pumpido agradeció hoy su renuncia.

"Con su renuncia, ha sabido prestar un servicio más a esta fiscalía y al Ministerio Fiscal, al comprender y aceptar que había llegado el momento de abrir una nueva etapa, tanto en el órgano que dirigió durante años, como en su propia vida profesional, que hoy rinde sus frutos en la Fiscalía del Tribunal Supremo", dijo Conde-Pumpido.

También asistieron magistrados de la Audiencia Nacional, como Teresa Palacios, Fernando Grande-Marlaska, Santiago Pedraz o Ismael Moreno, y antiguos miembros de la casa, como Andrés Ollero, que ahora está destinado en la Audiencia Provincial de Madrid.

La plaza que pasa a ocupar Zaragoza estaba vacante desde el 1 de febrero, cuando el fiscal general forzó la renuncia de Fungairiño por "razones profesionales" y "porque la paciencia tiene un límite", según afirmó Conde-Pumpido en alusión a los sucesivos incumplimientos que, en su opinión, había hecho de sus instrucciones el hasta entonces fiscal jefe de la Audiencia Nacional.