En 1956, Gran Bretaña y Francia comenzaron a trabajar por separado para conseguir fabricar un avión supersónico y, su trabajo tenía tantos puntos de coincidencia que decidieron fusionarse en 1962. Esa asociación entre la British Aircraft Corporation y Aerospatiale creo el consorcio Britsh Aerospatiale y condujo a la construcción de 20 aviones Concorde. Cada país fabricó un prototipo, un avión de preproducción y ocho aviones de producción.

El Concorde había estado sometido a 5.000 horas de ensayo en el momento de obtener la certificación para realizar vuelos de pasajeros, lo que le convirtió en el avión más comprobado de la historia de la aviación.

De los 16 aviones de producción, 14 se pusieon a la venta. British Airways fue la primera compañía aérea supersónica y pidió cinco Concorde en julio de 1972. En la actualidad, British Airways posee y opera siete aviones de este modelo, mientras que Air France posee seis.

De esta forma, la era supersónica comercial fue inaugurada el 21 de enero de 1976, cuando British Airways voló desde el aeropuerto de Heathrow, en Londres, hasta Bahrain, mientras que Air France lo hizo desde París a Río de Janeiro.

Desde que entraron en los servicios de tansporte comercial, los Concorde de British Airways han operado casi 50.000 vuelos, han completado más de 140.000 horas de vuelo y han recorrido más de 224 millones de kilómetros.

El Concorde mide 62 metros. El clásico morro caído sirve para mejorar la visibilidad de los pilotos a la hora de despegar y aterrizar, y se endereza en vuelo. Los cuatro motores -el incendio de uno de ellos parece ser la causa del accidente de esta tarde- son Rolls Royce y ofrecen más de 19.000 kilogramos de empuje cada uno. Este modelo de avión despega a una velocidad de 400 kilómetros por hora, consigue una velocidad de crucero superior a los 2.000 kilómeros por hora y llega a tomar una altura de vuelo superior a los 18.000 metros. La velocidad de aterrizaje suele ser algo inferior, alcanzando los 300 kilómetros por hora.

Con estas características, el Concorde es el avión comercial más rápido y, precisamente, el trayecto previsto por el avión siniestrado esta tarde (París-Nueva York) tenía estimado un horario de vulo de tres horas y media.