Esta plataforma reivindica la gratuidad o el carácter simbólico de las tarifas, de forma que no se discrimine a nadie por motivos económicos y para que realmente el deporte, concebido como sanidad y cultura, sea un servicio público.

También reclaman un aumento de la calidad y el mantenimiento de las instalaciones deportivas municipales, así como la propiedad y la gestión pública directa de los polideportivos, con participación democrática en la toma de decisiones de usuarios y trabajadores.

Los integrantes de esta plataforma rechazan la fuerte subida de precios por el uso de las instalaciones deportivas municipales llevada a cabo en los últimos años, que, a su juicio, ha hecho que el deporte base pierda su carácter esencial de servicio público y de contribución a la salud y la cultura popular. Según sus datos, en 2004 las instalaciones deportivas municipales perdieron 900.000 usuarios.

Además, denuncian la "escandalosa" escasez de instalaciones deportivas y la degradación de las existentes, además de la precariedad laboral que sufren los trabajadoras de los polideportivos.