Zapatero celebró el tercer aniversario de su llegada a la Secretaría General del PSOE en un acto público celebrado en un Polideportivo del municipio madrileño de Parla arropado por buena parte de su Ejecutiva, y compartiendo tribuna de oradores con Rafael Simancas en su primera aparición pública conjunta después de la consmación de la tración de los dos diputados de la Asamblea de Madrid Eduardo Tamayo y Teresa Sáez.

Lo ocurrido en Madrid centró buena parte de su intervención, que comenzó con una aseveración dirigida a Rafael Simancas: "No nos van a robar Madrid". Recordó que en su discurso de elección prometió una renovación tranquila, "y por mucho que alguno desde la derecha intente minarla, es imparable y llegará al puerto de la victoria electoral en marzo de 2004".

A los ciudadanos que se han sentido indignado con lo ocurrido en la Asamblea de Madrid les recordó una "lección de la Historia: hay gente interesada en que la política no genere interés en los ciudadanos, en denigrar la política. Son los que no necesitan la política ni los votos porque ya tienen el poder para seguir obteniendo sus beneficios".

Por eso, pidió a los suyos el mismo "máximo esfuerzo" que él está dispuesto a desempeñar para que el socialismo sea ejemplo de dignidad. "Fueron unos tipógrafos honrados y ejemplares los que fundaron el PSE, y la inmensa mayoría de sus militantes son así de honrados. No voy a consentir que la derecha, con la historia que tiene, intente marchar la historia, el presente y el futuro de honestidad y de dignidad de los socialistas en España".

Garantizó para ello que tanto Simancas como él mismo se rodearán "de los mejores" para materializar su proyecto y que harán una campaña intensa para alertar a los ciudadanos de que en las elecciones de Madrid deberán decidir "entre una democracia sana o contaminada porla especulación, entre la vivienda accesible o sólo para los ricos, entre la política social o la conservadora".

La campaña, dijo, será "una llamada a defender la democracia" con el compromiso de "gobernar con los mejores", algo en lo que los ciudadanos están depositando su confianza. De hecho, señaló "una razón de fondo" de lo ocurrido más allá de los detalles de la supuesta trama inmobiliaria. "Desde hace tres años, dos años, un año, el PSOE está en condiciones de ganar limpiamente a la derecha las lecciones generales y el poder en España".

CAMBIO DE GOBIERNO POR EL BIEN DE ESPAÑA

Recuperando la "convocatoria a la esperanza" que lanzó en su primer discurso como secretario general hace tres años, se reafirmó en esa idea y avanzó un paso más. La victoria del PSOE no es sólo una posibilidad tangible sino "una necesidad" de España "para la democracia y para el futuro inmediato del país".

Hace falta, decía Rodríguez Zapatero, "un Gobierno que vea la Constitución como algo que nos une a todos yno un Gobierno que no siente la Constitución, que sólo la usa para crispar, confrontar y dividir territorios y partidos".

A Aznar, aseguró, "no le preocupa la cohesión de España. Lo que le preocupa es que gane Maragall, que gane el PSOE, lo que quiere es que gane CiU en Cataluña, que tiene un proyecto cercano al de Ibarretxe". El candidato socialista a la Generalitat de Cataluña, añadió, tiene todo el respaldo del conjunto del partido para integrar a una España diversa.

Es necesario también, agreó, un Gobierno que rinda cuentas, que asuma responsabilidades, todo lo contrario de lo que ha hecho el PP, subrayó, con asuntos como el "Prestige" o la guerra en Iraq, a la que dedicó unos minutos de su intervención para advertir a Aznar de que deberá responder por las mentiras argumentadas para justificar la guerra.

Pidió además al Ejecutivo "que no se empecine en más errores" como el de enviar a Iraq un contingente de "fuerza ocupante". Los socialistas, subrayó, trasladan todo su apoyo y solidaridada los soldados, pero no darán "ningún apoyo al Gobierno del señor Aznar" para tomar este tipo de decisiones, y seguirán insistiendo en que el futuro de Iraq sea retomado por Naciones Unidas.

Zapatero desgranó otros muchos compromisos como la extensión de los derechos sociales de los ciudadanos, y sentenció todas estas ideas en la convicción de que servir a los demás es lo que engrandece la tarea política y de que merece la pena el esfuerzo por defender los mejores valores del socialismo.

Asegurólos suyos que cada día se siente "más orgulloso de ser de izquierdas", más convencido de esos valores y con más fuerza para ganar y materializar su proyecto. "Ni cheques, ni intrigas, ni los medios de comunicación que han colonizado" servirán al PP para impedirlo. "Van a tener que saber perder, que les cuesta mucho, pero van a tener que saber perder. En octubre y en marzo de 2004", sentenció.

Tan "ligero de equipaje" como llegó a la Secretaría General del PSOE, el líder socialista reiteró su voluntadde "combatir a una derecha reaccionaria, plagada de intereses que no representan a nadie" y de hacer de la política "un espacio noble donde no sólo se va a destruir o a ser destruído, como ha impuesto Aznar desde que está al frente de la derecha". Los socialistas demostrarán con hechos, concluyó, que son "la política del futuro".