Asistentes a la reunión señalaron que en la actualidad, la FSM está empeñada en movilizar no sólo a sus afiliados sino también a colectivos sociales, culturales y vecinales para exigir a estos dos parlamentarios, Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez, que entreguen sus actas.

Uno de los objetivos de este encuentro es fue unificar el criterio d actuación, para garantizar que desde todas las instancias organizativas se da una respuesta común al problema creado por estos dos parlamentarios que han dejado sin solución la gobernabilidad autonómica.

Simancas planteó a los dirigentes locales de la FSM que no hay que tener miedo a que se celebren nuevas elecciones, en el caso de que Tamayo y Sáez no renuncien a sus escaños.

En este sentido, las diferentes agrupaciones socialistas celebrarán asambleas para exigir que los diputados expulsados etreguen sus escaños y posibiliten que se cumpla la voluntad popular, que dio a la izquierda 56 diputados y 55 a la derecha.

El secretario general de la FSM dejó bien claro que si los diputados expulsados se presentan en la sesión de investidura y deciden apoyar a Simancas, éste no lo aceptará y si fuese elegido convocaría elecciones.

Uno de los asistentes pidió responsabilidades políticos por lo sucedido y recibió como respuesta: "Eso no toca ahora".